Algo que es clave para el desarrollo de sistemas biológicos de forma
óptima es el agua. Nos preocupamos mucho por la parte física en ella, si tiene
minerales (EC), si está acida o alcalina, la temperatura, aditivos químicos,
pero nadie se para a pensar en lo sutil, en lo que no se ve del agua como algo
fundamental y prioritario.
El agua es la portadora de la vida y sin ella nada de esto sería
posible, vamos a ver qué es lo que pasa en lo que no se ve del agua.
Desde hace una década que el investigador japonés Masaru Emoto pudo mostrar al mundo de forma
física todo aquello que muchos ya creían pero que no habían podido ver con sus
ojos. El agua está viva, está constantemente captando la información del
entorno y organizándose en base a la frecuencia vibratoria con la que se
encuentra.
Emoto empezó a recoger muestras de agua por todo el mundo (libro: los
mensajes del agua), ríos de ciudades, manantiales en la naturaleza, agua de
Lourdes, aguas bendecidas, observando que todas las que procedían de espacios
sin contaminación cuando las sometían al proceso, estas formaban estructuras
armónicas basadas en patrones naturales como la proporción aurea, formando
bellos cristales de agua similares a las joyas y diamantes que conocemos,
mientras que las aguas contaminadas y de procedencias sospechosas mostraban
estructuras desorganizadas y sin coherencia. El proceso consiste en congelar
muestras de agua en placas Petri a -5ºc y desde un microscopio de campo oscuro
con al menos 800X.
En definitiva, el agua está viva, es sensible no solo a los químicos y
factores físicos, sino también a los pensamientos, sentimientos y emociones.
Investigar a Masaru Emoto, también el libro: La vida secreta de las plantas,
muy interesante, experimentos realizados con ellas que rompen las creencias del
paradigma actual, por supuesto hay que leerlo libre de juicio y con mente
abierta.
Los sistemas biológicos de cultivo se ven beneficiados considerablemente
cuando el agua que aportamos como riego tiene una estructura armónica y está
libre de químicos añadidos, el contenido de sales y el PH no son factores tan
relevantes en los cultivos orgánicos. Con un agua de calidad física y
energética vamos a tener aumentos de la producción final, mayor concentración
de sustancias nutritivas, mejor sabor, y vamos a ahorrar fertilizante al mismo
tiempo que mejora la humectación reduciendo el consumo de agua.
Ahora podemos tener en cuenta otra cuestión, el nivel de consciencia y
la relación que existe entre el cultivador y su cultivo. Esta relación va a dar
como fruto una EMOCION y que va a ser el “agua (patrón de ondas/información)”
que va a regar por doquier hasta el último rincón del cultivo y sus múltiples
formas de vida.
La utilización de tecnologías y mecanismos para activar el agua es muy recomendable para todos aquellos que buscan la máxima bioactividad en sus zonas de cultivo.
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